¿Por qué Oaxaca y Chiapas tuvieron más víctimas en el Sismo?

  U  n grave problema de falta de recursos para la prevención de las alertas sísmicas se produjo el pasado 7 de septiembre en Oaxaca y Chiapas. Ambas entidades registraron el mayor número de personas fallecidas: 45 en la primera, con 36 muertos tan sólo en Juchitán; y 12 muertos en Chiapas, especialmente en las localidades más pobres.

 
En el caso de Oaxaca hubo una razón relacionada con el mal manejo económico del gobierno estatal. El Sistema de Alerta Sísmico en Oaxaca (SASO) dejó de recibir desde agosto de 2017 el servicio del Centro de Instrumentación y Servicio Sísmico (CIRES) por un adeudo de 22 millones de pesos de la anterior administración estatal. Y en Chiapas ni siquiera existe un sistema de sensores y monitoreo.

 
En ambas entidades, así como en la península de Baja California –zona donde los sismos han afectado ciudades como Mexicali- urge desplegar un sistema similar al que se instrumentó en la Ciudad de México a raíz del terremoto del 19 de septiembre de 1985 que dejó efectos devastadores para la capital del país.

 
A raíz de estos movimientos telúricos del 85, en la Ciudad de México se creó en 1991 el Sistema de Alerta Sísmico, con los primeros 12 sensores que se desplegaron en la costa del estado de Guerrero. En 1995 el sistema se expandió hacia Oaxaca y ya para 2017 existe un despliegue de 97 sensores sísmicos, cuya función principal es alertar a la población de la Ciudad de México y de otras entidades, pero no tiene una cobertura suficiente.

 
Según los datos del Sistema de Alerta Sísmico de México (SASMEX), administrado por el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES), existen 97 sensores desplegados de la siguiente manera: 39 en Oaxaca, 33 en Guerrero, 9 en Michoacán, 6 en Jalisco, 5 en Colima, y 5 en Puebla. No hay sensores en Chiapas, ni en Baja California ni en Veracruz, entidades de fuerte actividad sísmica.

 
Desde agosto de 2017 no funcionan los sensores de Oaxaca y esto explica, en buena medida, la falta de alertas a la población con el terremoto del pasado 7 de septiembre.

 
Hay dos tipos de alerta que emite el SASMEX: la temprana y la pública. Las primeras sólo se emiten en algunos dispositivos de la Ciudad de México y edificios públicos cuando son menores a los 6 grados. La alerta pública se emite después de los 6 grados.

 
Gracias a estas alertas, la población de la Ciudad de México ha tenido una cultura más fuerte de prevención. Tienen 92 segundos para tomar algún tipo de prevención. Eso no ocurre en las zonas más rurales y pobres de Oaxaca y Chiapas, como acabamos de ver.

 
Esta experiencia nos indica que se requiere apoyar a los sistemas enlazados a SASMEX, como en el caso de Oaxaca, e instalar en Chiapas, Baja California y Veracruz, al menos, este tipo de sensores. Los recursos son mucho menores que los que se destinarán a través del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) para atender a damnificados.

 

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