En cada corazón que habitamos

Como el clavel y como el viento

                                                  el caracol es un cohete;

                                                  petrificado movimiento.

                                                  Octavio Paz

Estoy ardiendo

con el humo congelado por mis venas

un sol de invierno triste

se desprende de mi boca entreabierta.

Hornacina

claustro donde un diminuto caracol

acaracolado por el miedo

mueve pausadamente sus tentáculos

en su escondrijo de cenizas.

El viento dispersa el comején ebrio

y mi corazón despabilado

aglutina trocitos de esperanza.

Diciembre de 2006

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Acerca de José González Gálvez

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