La Insatisfacción laboral: un debate entre rendimiento o inclusión

“El pájaro quisiera ser nube; la nube, pájaro”
Rabindranath Tagore

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James Rielly, We See Darkness, 2004, GE Galería Preview de ZsONA MACO

La insatisfacción laboral es un tema importante a revisar, debido a que se asocia a aspectos más representativos para entender la falta de desarrollo de las empresas o entidades gubernamentales. Los factores que regularmente consideran los patrones para acallar cualquier molestia de los empleados es mediante el aumento de salario o alguna canonjía con respecto al horario de la jornada habitual, pero esto es un gran error debido a que el problema muchas veces tiene que ver con el clima y ambiente entre compañeros.

Los principales factores de insatisfacción laboral están en el puesto de trabajo, en la empresa, en el salario, en la política de ascensos y en los jefes directos. Y mucho del entendimiento del problema tiene que ver como en se conceptualiza; a lo que concluyo como insatisfacción laboral, al grado de malestar que experimenta el trabajador por su trabajo, y mucho de lo que impide dicha satisfacción es que actualmente la autonomía, la creatividad  la responsabilidad, se ha mitigado por parte de los patrones, para así darle paso a trabajadores funcionales que no cuestionen, que no validen, sino simplemente ejecuten.

Las relaciones humanas es otro factor que puede influir en para la insatisfacción, debido a que si no hay una relación humana de respeto, solo se busca un revanchismo frente al compañero o al jefe, situación que merma el tejido laboral e impide el desarrollo pleno. Otra situación que también puede ser factor para la insatisfacción laboral, es la aceptación o negación de una relación interpersonal con un semejante o con un subordinado. Esto genera rompimientos en lo personal que trastoca profundamente en términos laborales.

La edad y la política de oportunidades es el tema que puede llegar a determinar el curso de una o muchas áreas, al grado de poder asegurar que este tema es la variable más representativa en la insatisfacción laboral y el desarrollo de una organización. Él porque tiene que ver con la antigüedad y la eficacia. Regularmente las empresas siguen o mantienen tendencias de contratación, en la actualidad la tendencia es la contratación de jóvenes preparados y no personas grandes, entendiendo por grandes a los que tienen de 45 años en adelante. Y en el caso específico de la iniciativa privada, este proceso lo ha hecho casi una ley, en la cual las personas ya no son reclutadas por eficacia o por títulos académicos, sino por la edad. Muchos empleadores creen que las personas de mayor edad no pueden ser eficaces por cuestiones tecnológicas, físicas, además de que la gente mayor tiene un recorrido amplio y puede significar en algún punto una competencia directa al empleador. Por todo lo anterior en muchas empresas la juventud es lo que prevalece y en los puestos claves contradictoriamente, hay gente mayor que es la que dirige y plantea bajo que aristas caminará la empresa. Obviamente no es posible generalizar pero en muchas existe este esquema, por ende las oportunidades son variables, pero si los resultados no son favorables, las altas cúpulas hacen modificaciones y refrescan los puestos altos. Es ahí donde los jóvenes pueden dar la batalla por sus ganas, pero la gente mayor también puede ser más eficaz, pero por su edad parece que perdiera vigencia y en muchos casos ya no son considerados para ser los que ocupen las plazas de mando.

Para estas políticas de ascensos hay que ser muy cautos en el análisis porque otro escenario que sucede a menudo, es el agotamiento de idea y sentido del mando en un área por alguien mayor y como consecuencia la falta de resultados favorables. Los dueños recurren a gente joven del equipo a una menor paga (en el entendido de que en caso de haber mejora salarial, esta sucederá si se mejoran los resultados anteriores) y con mayores responsabilidad. Al momento de no haber aumento salarial, pero sí aumento de responsabilidad y jerarquía, es el escenario en donde se desmotiva el nuevo jefe y deja de hacer conciencia con respecto a su trabajo. Se rompe completamente la armonía del nuevo jefe con su nuevo equipo, y está destinado al fracaso porque la insatisfacción laboral es lo que prima.

En términos generales se puede decir que existe una relación significativa entre la insatisfacción laboral y la percepción de los dueños de las empresas y como estos entiendan a un equipo de trabajo. No es posible siquiera pensar que el rendimiento laboral crecerá o disminuirá por aumentos de jerarquía, aumentos de salario o por reconocimientos. El rendimiento acabará con la insatisfacción laboral, en la medida que los empleadores permitan la creatividad, dirijan concienzudamente a sus empleados, sean respetuosos y den la oportunidad a los subordinados a mejorar en términos técnicos y académicos. Por un momento romper con la verticalidad y pensar en la horizontalidad, en la inclusión y en el debate, enriquece y robustece cualquier equipo de trabajo o empresa.

Acerca de Luis Enrique González Castro

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