Carne y Arena de Alejandro G. Iñárritu

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Instalación de realidad virtual

Carne y Arena
(Virtualmente presente,
físicamente invisible)
de Alejandro G. Iñárritu

Centro Cultural Universitario

Instalación de realidad virtual que enfrenta al espectador con la vivencia de los migrantes en su intento por cruzar la frontera con Estados Unidos, bajo el auspicio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Gobierno de la Ciudad de México.
Para la realización de esta pieza, que podrá ser apreciada por el público a partir del 18 de septiembre, el cineasta Alejandro G. Iñárritu utilizó tecnología de punta nunca antes destinada para este fin
Las historias que conforman esta experiencia inmersiva buscan la empatía con la situación que enfrentan los migrantes en su camino y se inspiran en testimonios reales de personas que el cineasta conoció

  L  a instalación Carne y arena (Virtualmente presente, físicamente invisible) rompe el paradigma del cine como fenómeno colectivo y lo transforma en una experiencia individual. El proyecto, que surgió hace cuatro años, explora la condición humana y la crisis que la humanidad atraviesa a nivel mundial con el fenómeno de la migración, aseguró su creador, Alejandro G. Iñárritu, en la ceremonia inaugural, en la que estuvieron presentes el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers; Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la CDMX; Ricardo Raphael, director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco; Guadalupe Ferrer, directora general de Actividades Cinematográficas de la UNAM, y Alejandro Ramírez, director de Cinépolis.

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Experencia sensorial inédita

Carne y Arena (Virtualmente presente, físicamente invisible) es un trabajo de realidad virtual que enfrenta al espectador con la vivencia de los migrantes mexicanos y centroamericanos en su intento por cruzar la frontera con Estados Unidos.

Esta experiencia sensorial inédita, en la que G. Iñárritu utiliza tecnología de punta nunca antes usada para crear un espacio multinarrativo, es un trabajo inmersivo que potencia la empatía hacia estos viajeros y está inspirado en historias verdaderas para explorar la condición humana de los migrantes.

En colaboración con el fotógrafo Emmanuel Lubezki, el realizador crea una obra que busca borrar la frontera entre los personajes y el espectador. De mero observador, el público se vuelve protagonista de la instalación.
Carne y Arena se exhibe en México en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco a partir del 18 de septiembre, tras presentarse en el Festival de Cannes (se trata del primer proyecto de realidad virtual incluido en la selección oficial de dicha muestra), en el Museo lacma en la Ciudad de Los Ángeles, así como en la Fundación Prada, en Milán.

Durante cuatro años, G. Iñárritu conoció y entrevistó a diversos migrantes. Sus historias lo persiguieron a tal punto que decidió crear esta pieza artística única en su género, gracias a la cual el público se ve obligado a caminar por el desierto para presenciar y compartir la condición humana de quienes cruzan la frontera entre México y Estados Unidos, pero que alude al tránsito entre todas las fronteras del mundo.
La instalación se limita a una persona a la vez, ya que el participante en solitario tiene la libertad de moverse físicamente dentro de un espacio de unos 200 metros cuadrados donde puede observar la acción desde diferentes perspectivas.

En esta producción de Mary Parent Entertainment, ILMxLAB de Lucasfilm, Fondazione Prada y Emerson Collective participan migrantes reales que decidieron compartir su historia, digitalizados y convertidos en los actores virtuales de la experiencia.

“Mi intención era experimentar con la tecnología de realidad virtual para explorar la condición humana en un intento por romper con la dictadura del encuadre —dentro del cual el espectador es sólo un observador pasivo— y reclamar el espacio para permitirle así al visitante una experiencia directa, caminando en los pies del inmigrante, por debajo de su piel, y dentro de su corazón”, ha señalado el cuatro veces ganador del premio de la Academia, director de películas como Amores perros, Babel, The Revenant, Birdman y Biutiful.

La presentación de esta pieza en la Ciudad de México es posible gracias al trabajo conjunto y a los acuerdos alcanzados entre su realizador, los productores, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Gobierno de la Ciudad de México. Cuenta con el apoyo de Cinépolis y de su director general, Alejandro Ramírez.

En el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, Iñárritu habló sobre el lado filosófico y artístico de la instalación. Explicó que el proyecto surgió como un trabajo periodístico y luego documental, para finalmente transformarse en una instalación de realidad virtual que implicó un gran proceso de aprendizaje. Aseguró que después de haber investigado acerca de la realidad migrante, descubrió que no hay mejor forma de ser empáticos con esta situación que vivir un fragmento de ella a nivel no sólo intelectual, sino sensorial.

Como mexicano con residencia en Los Ángeles desde hace 11 años, afirmó, le es difícil mantenerse ajeno a la realidad de esas cinco millones de personas que viven “en una condición de anonimato,  de invisibilidad, con duras circunstancias” y sintiéndose huérfanos.

En palabras del cineasta, se trata de una experiencia artística y humanista por medio de la cual también hace un homenaje a los migrantes africanos y europeos, a quienes también se ha acercado. “Descubrí yendo a Catania que las historias eran las mismas, las razones de huída eran las mismas, los mismos problemas y tragedias. Sus océanos son nuestros desiertos”, dijo.
El ganador del Óscar como mejor director también habló de las potencialidades de la realidad virtual en el plano de la educación y aseguró que esta herramienta nos da, como seres humanos, la posibilidad de “visitar de una forma distinta la compasión”.

La instalación, continuó Iñárritu, aborda la condición humana sin la visión de dualidad en la que sólo hay buenos y malos, sin nacionalismos. En ese sentido, aborda realidades complejas más allá de los territorios.
Por último, el cineasta se refirió a la recepción que ha tenido la instalación en el mundo, y apuntó que lo más valioso ha sido la  “voluntad de acción” que experimentan las personas que han vivido esta experiencia inédita. Dijo que en la actualidad están recolectando fondos para poder llevar la instalación a Washington, en donde los siguientes meses se tomarán las decisiones más importantes para 800 mil jóvenes. De esta forma, apuntaló, puede ser un medio para “cambiar la ignorancia y la manipulación de la que han sido víctimas”.

En tanto, el rector de la UNAM aseguró que ante la decisión del gobierno de Estados Unidos de cancelar el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), México debe recibir a los dreamers con un proyecto de nación que les permita desarrollarse.

“La cancelación de DACA en un contexto de pretensiones de muros, ventajas económicas, xenofobia, habla también de incomprensión, de la deshumanización y la violencia como forma de solucionar los problemas”, expresó.

Dijo que los migrantes ilegales huyen de un presente sin esperanzas, “y se aventuran a un porvenir incierto, dejando atrás todo lo que la vida les debe, lo que México y los países de Centroamérica no hemos podido ofrecerles”, por lo que esta instalación se vuelve fundamental para hacer evidente esta realidad.

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Sobre la venta de boletos

Debido a la naturaleza de la instalación, que implica una visita individual cada 15 minutos, sólo será posible ingresar ya con el boleto comprado con anterioridad. No habrá boletos a la venta en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.

Los boletos de Carne y Arena estarán disponibles semanalmente en el sitio web www.carneyarenatlatelolco.com, a partir del lunes 18 de septiembre.
Cada lunes, desde las 9 am, se abrirá la taquilla hasta agotar los boletos disponibles para la semana en curso. Cada persona podrá comprar máximo dos entradas y no será posible adquirir pases con anticipación para fechas posteriores.

Quienes no cuenten con las posibilidades de hacer la compra vía electrónica, podrán acudir a las taquillas de los cines del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000, Ciudad Universitaria), que abrirán los lunes a partir de las 9 am. Es importante aclarar que sólo se venderán físicamente 40 boletos para las funciones de esa misma semana y que únicamente se podrán adquirir dos boletos por persona.

El boleto, con un costo de 300 pesos, tendrá un descuento de 50 por ciento para estudiantes, maestros y trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, estudiantes de Prepa Sí, personas con discapacidad, trabajadores y maestros del Gobierno de la CDMX y afiliados al INAPAM. En todos los casos está sujeto a disponibilidad e incluye el acceso al resto de los proyectos y las exposiciones del Centro Cultural Universitario Tlatelolco.

Las personas que adquieran boletos con descuento deberán llegar 30 minutos antes al Centro Cultural Universitario Tlatelolco y dirigirse a la taquilla para validar su compra, donde tendrán que presentar la identificación vigente que acredita el descuento. El boleto es intransferible.

Al público en general se le recomienda llegar con 30 minutos de antelación a la cita y presentarse en la fila de ingreso, ya con boleto en mano, 10 minutos antes del horario reservado. En caso de retraso, la cita será cancelada.

 
Consideraciones importantes

Carne y Arena no es un trabajo apto para todo el público. Debido a que la experiencia puede resultar perturbadora, está prohibido el ingreso a menores de 15 años.

No está recomendada para personas con claustrofobia, afecciones cardiacas, antecedentes de convulsiones, epilepsia o sensibilidad a las luces intermitentes.

Los visitantes tendrán que dejar sus bolsos, mochilas y dispositivos electrónicos en el guardarropa antes de entrar a la instalación. Está prohibido tomar fotografías u otra documentación del trabajo por cualquier vía.
Debido a la complejidad tecnológica de la instalación, es posible que se requiera algún tipo de mantenimiento inesperado que pueda ocasionar retraso en la atención a los visitantes o incluso la cancelación de la visita. Si no es posible reagendar, se hará el reembolso correspondiente al costo del boleto.

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