El clasicismo hollywoodense de Edmund Goulding es motivo de retrospectiva

Nueve títulos del cineasta británico mostrarán su maestría en la dirección de actores, además de su gran dominio del melodrama

Cineteca Nacional, a partir del 2 de febrero

Tuya hasta la muerte

Con la finalidad de enriquecer la cultura cinematográfica y contribuir a la formación de públicos y cinéfilos, la Cineteca Nacional retoma y fortalece su oferta académica en el 2016 a través del Departamento de Extensión Académica, encargado de la organización de diplomados, cursos, seminarios, cátedras y talleres impartidos por reconocidos especialistas, académicos, cineastas y expertos en el séptimo arte.

Para los cinéfilos interesados en abundar sobre la obra de los mejores directores de la cinematografía mundial, la Cineteca Nacional, a través de cursos, charlas y conferencias, proyecta el ciclo de Edmung Goulding.

La obra de Edmung Goulding se caracteriza por la recurrencia al melodrama, a través del cual plasmó interesantes cuestiones socio-psicológicas y dramáticas, pero sobre todo destaca el aspecto de la dirección de actores. Aunque nació en Reino Unido, fue en Estado Unidos donde realizó su carrera como cineasta, acumulando alrededor de 40 títulos como director.

Del 2 al 10 de febrero, la Cineteca Nacional presenta la Retrospectiva Edmund Goulding, que incluye nueve películas correspondientes al periodo que devino del éxito y reconocimiento internacional con Grand Hotel (1932). Esta película inaugura la programación que tendrá lugar en la Sala 2, Salvador Toscano.

Grand Hotel(2)En Grand Hotel se junta el talento de actores como Greta Garbo y Joan Crawford. Este sitio es el más lujoso de Berlín, pero atraviesa una tediosa rutina. Lo que rompe con ello es la llegada de cuatro huéspedes: una bailarina rusa en el declive de su carrera, un encantador ladrón de perlas, un humilde oficinista a punto de morir y su hostil jefe, un magnate de la industria textil. Esta adaptación de la novela homónima de Vicki Baum le valió al director el Premio Óscar a Mejor película en 1932.

Cinco años después, Goulding realizó Cenizas del pasado (That Certain Woman, 1937). Mary Donell es la viuda de un gánster que trabaja para Lloyd Rogers, un prominente abogado secretamente enamorado de ella. La aparente tranquilidad en la vida de Mary se opaca cuando un periodista indaga en su pasado para revelar algunos eventos oscuros. Una cuidadosa producción y espléndida fotografía, así como la brillante banda sonora de Max Steiner resaltan esta historia de amor e intriga.

Amarga victoria (Dark Victory, 1939) es un intenso drama con una tendencia latente a la tragedia. Protagonizado por Judith Traherne, una alegre joven de irreprochable trayectoria, comienza a sufrir dolores de cabeza y su padre la persuade a realizarse una cirugía de exploración con un joven y brillante neurocirujano. Los resultados arrastrarán a Judith a una vertiginosa experiencia dividida entre el amor y los placeres frívolos. La música nuevamente estuvo a cargo de Max Steiner, lo cual le valió una nominación a Mejor música en los Premios Óscar de 1940.
Ubicada en los años sesenta del siglo XIX y con una producción de gran calidad, La solterona (The Old Maid, 1939) es un intrincado melodrama de memorables actuaciones. Después de dos años de ausencia, Clem Splender regresa sorpresivamente el día de la boda de Jim Ralston y Delia Lovell. Las vidas de Delia y su prima Charlotte, ambas eternamente enamoradas de Clem, se verán profundamente trastocadas con su vuelta.

En La gran mentira (The Great Lie, 1941), inspirada en la novela January Heights de Polan Banks, Edmund presenta la historia de Peter (George Brent), quien contrae nupcias con la pianista Sandra (Mary Astor). Pronto descubren que la boda no es válida y él decide volver con su antiguo amor Maggie (Bette Davis). En este sofisticado drama amoroso reaparecen actores recurrentes en la filmografía del director. Mary Astor fue galardonada con el Premio Óscar a Mejor actriz.
La actuación continuó destacando en los trabajos de Edmund Goulding. En esta ocasión, la Academia nominó a Joan Fontaine como Mejor actriz por su interpretación en Tuya hasta la muerte (The Constant Nymph, 1943). Es la adaptación de la novela homónima de Margaret Kennedy, escrita en 1924. Goulding toma como eje principal el triángulo amoroso entre el músico Lewis Dodd, su esposa Florence Creighton y Tessa Sanger, prima de Florence, una adolescente de 15 años que se convierte en la amante del músico.

En Cautivo del deseo (Of Human Bondage, 1946) Philip (Paul Henreid) es un estudiante de medicina que se enamora de Mildred (Eleanor Parker), la bella y ambiciosa mesera de una cafetería. Ella no está enamorada de él y lo desdeña, pero tiempo después se arrepentirá de su decisión para dar paso a una serie de situaciones que cambiarán el rumbo de ambas vidas. Llevada al cine anteriormente por el director John Cromwell en 1934, en este remake Goulding demuestra su talento como director en el registro melodramático de los protagonistas.

Al filo de la navaja (The Razor’s Edge, 1946) es un elegante melodrama que juega hábilmente con el ridículo. Isabel (Gene Tierney) es hija de una familia adinerada y está comprometida con Larry, un hombre bohemio. Sin embargo, la madre de ella decide casarla con un joven rico. Larry, desengañado, se refugia en un templo en la India donde espera encontrar sus valores perdidos.

La solterona(3)Finalmente El callejón de las almas perdidas (Nightmare Alley, 1947)  juega con elementos tanto psicoanalíticos como fantasmagóricos. La película tuvo un buen recibimiento de la crítica a pesar de no haber sido un éxito de taquilla. Stan Carlisle es el ambicioso asistente de la psíquica  Zeena, quien trabaja en un circo de atracciones. Para apropiarse del código que Zeena y su marido han creado para su espectáculo, Stan idea una elaborada estafa, para después, junto a su socia Molly, fundar un nuevo circo y mudarse a Chicago.

Edmund Goulding nació en Inglaterra en 1891 y sus primeros pasos en el cine fueron como actor desde los 12 años. Al término de la Primera Guerra Mundial se expatrió de Londres a Los Ángeles. En 1930 fue uno de los 11 directores que recibieron crédito por Paramount on Parade, y con ello pudo realizar sus primeras filmaciones. En 1958 grabó su última película, Mardi Gras, un musical protagonizado por Pat Boone; posteriormente colaboró en series de televisión y después de varios años caracterizados por el deterioro de su salud, murió en 1959, dejando una obra que alterna la truculencia con la sobriedad; en la que se mezclan el brillante cosmopolitismo, como en Al filo de la navaja y la expansión sombría de películas como El callejón de las almas perdidas.

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