Irma González

Cantante de ópera

Referente de la época de oro en México

En diciembre se cumplen 11 años del fallecimiento de La gran Irma
Cantó la ópera Andrea Chénier con Mario del Mónaco en 1951 y con Giuseppe di Stefano en 1961

 

  I  ntegrante de la época de oro de la ópera en México, la soprano Irma González, La gran Irma, considerada la más importante de su tesitura en México en el siglo XX, falleció un día como hoy de hace 11 años. Se le recuerda como una de las mejores voces consagrada en escenarios nacionales e internacionales.

La intérprete, quien brilló en su género durante la década de los años cuarenta y cincuenta, falleció a los 92 años. Fue estudiante y profesora del Conservatorio Nacional de Música, además de haber engalanado con su voz y presencia diversos títulos operísticos en escenarios de México, Buenos Aires y Barcelona.

Irma González, nacida el 8 de octubre de 1916 en la Ciudad de México, inició su carrera artística a temprana edad, tomando clases de ballet con Gloria Campobello. Posteriormente, ingresó al área de solfeo infantil en el Conservatorio Nacional de Música, donde Manuel M. Ponce fue su maestro de piano y conoció a músicos de la talla de Silvestre Revueltas, Carlos Chávez y Blas Galindo, entre otros. Después fue alumna de canto de la soprano María Bobadilla.

Inició su carrera profesional en 1935 y cuatro años después, con Carlos Chávez al frente de la Sinfónica de México, realizó el estreno de la suite de la ópera Lulú, del compositor austriaco Alban Berg. En 1941 el Palacio de Bellas Artes abrió sus puertas para interpretar a Pamina de La flauta mágica de Mozart.

Durante más de 45 años se presentó en diversos escenarios con un amplio repertorio de lied, oratorio, concierto, música del siglo XX, música mexicana y ópera. Sumó más de mil funciones operísticas en el Palacio de Bellas Artes y en 15 países, además de medio millar de presentaciones en conciertos y recitales.
Cantó la Novena sinfonía de Beethoven con diversas orquestas y en el Metropolitan Opera House de Nueva York se grabó una versión suya, bajo la batuta del director de orquesta austriaco Bruno Walter. La fiel y enamorada esclava Liú y la princesa Turandot de Giacomo Puccini fueron personajes que la consagraron en México y en escenarios como el Teatro Colón de Buenos Aires y el Gran Teatro del Liceo de Barcelona.

Otro personaje que interpretó en varias temporadas fue Madama Butterfly, con el que se retiró de la actividad operística en 1980. Encaró a Mimi de La Boheme; Marguerite de Fausto; Desdémona de Otello, que cantó con los célebres Otellos, James McCracken en 1962 y Jon Vickers en 1965.

Participó también en óperas como Mefistófeles, Fidelio, Pagliacci, Carmen, Hansel y Gretel, así como en Andrea Chénier, que cantó con Mario del Mónaco en 1951, y con Giuseppe Di Stefano en 1961.

Al lado de la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) interpretó obras novohispanas, el 30 de diciembre de 1976, con motivo de la inauguración de la Sala Nezahualcóyotl. En 1988 ofreció su último recital en el Palacio de Minería.

En 2004 el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura le entregó la Medalla por la Excelencia Académica en Docencia, por más de 60 años dedicados a la formación de nuevas generaciones de cantantes, entre los que destacan Francisco Araiza, Flavio Becerra, Ignacio Clapés, Ricardo Bernal, María Luisa Tamez, Gabriela Herrera, Minerva Hernández y Alicia Cascante.

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