Museo Nacional de San Carlos

Reabren salas permanentes para apreciar la riqueza de su acervo

A partir del mes de noviembre se podrá apreciar la colección de 2 mil 195 piezas de pintura, dibujo, grabado y escultura

 

  P  ara dar a conocer su acervo, con la diversidad de autores, escuelas y técnicas que conforman la Colección del Museo Nacional de San Carlos (MNSC), este jueves 14 de noviembre a las 19:30 horas, la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) reabre las salas permanentes del recinto donde se podrá apreciar, en una nueva lectura, la riqueza de uno de los muestrarios públicos de arte europeo más importantes de América Latina.

Periódicamente se ofrecerán diversas relecturas de la colección -integrada por 2 mil 195 piezas, entre pintura, dibujo, grabado y escultura- con el fin de que los visitantes conozcan y disfruten de las diversas expresiones del arte occidental que van desde el gótico hasta principios del siglo XX, con trabajos de grandes maestros, como Pedro Berruguete, Lucas Cranach El viejo, Germán Gedovius, Pieter de Kempener, Francisco de Zurbarán, Peter Paul Rubens y Joaquín Sorolla, entre otros.

El acervo, que abarca seis siglos de historia, se concretó no sólo con piezas procedentes directamente de Europa por maestros de la Academia, sino también a través del proceso de desamortización de los bienes eclesiásticos, así como por medio de donaciones y adquisiciones realizadas por el gobierno mexicano durante los siglos XIX y XX.

En este sentido, cabe destacar la labor realizada por Alberto J. Pani, funcionario estatal cuyo interés y conocimiento del arte europeo lo llevaron a conformar una sólida colección que entregó como obsequio para los acervos públicos durante las décadas de los veinte y treinta, y que actualmente forma parte de las obras bajo resguardo del MNSC.
El recinto ocupa la casa del siglo XVIII que doña María Josefa de Pinillos obsequiara a su hijo, el conde de Buenavista. Esta construcción fue realizada por el célebre arquitecto valenciano Manuel Tolsá, quien también estuvo a cargo de obras tan importantes, como la culminación de la Catedral Metropolitana, el Palacio de Minería y el Monumento ecuestre a Carlos IV, entre otras.
Estilos y géneros artísticos
El recorrido que se propone es cronológico y toma en consideración estilos y géneros artísticos –gótico, renacimiento, manierismo, barroco, siglos XVIII y XIX- con el objetivo de brindar una mirada sucinta, pero lo más completa posible, a la riqueza de uno de los acervos públicos de arte europeo más importantes de América Latina.


El MNSC cuenta en su acervo con significativas muestras del arte pictórico de los últimos siglos del gótico. Las piezas exhibidas en esta sala, provenientes en su mayoría de antiguas iglesias medievales, permiten apreciar algunos de los principales temas cultivados por los artistas de fines de la Edad Media y hacer un recorrido desde las ciudades catalanas hasta las flamencas, en las actuales Bélgica y Holanda, para apreciar el arte devocional y litúrgico de la civilización medieval, creado para servir como objeto sagrado.
Las nuevas formas del arte originadas en Italia pronto se propagaron por el viejo mundo, manifestándose de distintas maneras según la región en la que fueron acogidas. Así, el renacimiento alemán, por ejemplo, aunque en general compartía la concepción humanista italiana, terminó siendo distinto al renacimiento español o aquel oriundo de los Países Bajos, especialmente por su recuperación del llamado “espíritu germánico” más que de la tradición clásica romana.

La colección del recinto del INBAL cuenta con importantes muestras de pintura renacentista en sus diversas vertientes regionales y temáticas, abarcando desde el renacimiento florentino, hasta el nórdico y el hispánico; pinturas que nos permiten apreciar las principales propuestas visuales y estéticas del canon renacentista, como el naturalismo, el ensalzamiento del cuerpo humano y la fuerza expresiva de los personajes representados en el arte pictórico. ¬
Al igual que el renacimiento, el manierismo se expandió por casi toda Europa occidental, planteando conservar las propuestas plásticas creadas por los artistas renacentistas, como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci o Rafael, es decir, “alla maniera” o a la manera de, pero solucionando los problemas estéticos de diferente forma, sin seguir más los lineamientos “clásicos” de la antigüedad.

Las proporciones de las figuras humanas se alargaron, creando una visión más frágil y sutil de los hombres y las mujeres representados; se prefirieron colores fríos y artificiosos en lugar de buscar la correspondencia de éstos con la naturaleza; se ponderó el uso de un simbolismo cuyo significado aún no se ha aclarado de manera satisfactoria, y las composiciones terminaron siendo densas y complejas.
Se trata de un arte sofisticado y culterano. Doménico Theotocopulos El Greco, Tiziano Vecellio, Benvenuto Cellini, Jacopo Tintoretto y Jacopo Carrucci, entre otros, están entre los representantes más importantes de este estilo pictórico.

El concepto barroco
El término barroco fue acuñado por los historiadores del arte y de la cultura para referirse a la pintura y a la arquitectura del siglo XVII. Con el paso de los años, los estudios y la crítica hicieron extensivo este concepto para hablar de las artes creadas en ese largo periodo de la historia occidental que va desde las postrimerías del siglo XVI hasta las primeras décadas del siglo XVIII.

La pintura del barroco será un arte que se distanciara del frío perfeccionismo del canon renacentista, para crear un discurso plástico lleno de dramatismo, tanto en el color como en el manejo de la luz y la composición, en los cuales los gestos, las posturas, los paisajes y las ropas de lo que se representaba contenían poderosos significados, ya fuesen teológicos, literarios, devocionales o filosóficos.

Así, Caravaggio en Italia y Peter Paulus Rubens en Flandes impondrán el paradigma de la pintura religiosa y escenográfica; y Francisco de Zurbarán y Diego Velázquez serán los máximos creadores de la pintura devocional y cortesana en el mundo hispánico.
A diferencia del barroco que penetró profundamente en los ámbitos populares de la civilización occidental, los estilos artísticos creados en el siglo XVIII, el rococó y el neoclásico, fueron propuestas artísticas vinculadas a la Ilustración y, por ende, alejadas de los sectores populares.

En este sentido, la pintura de inicios del siglo XVIII, mayormente la vinculada a la corte francesa de Versalles y las cortes imperiales de Viena, representaban las grandes fiestas cortesanas, los paisajes idílicos que forjaron la nueva visión de la naturaleza y del mundo.

Con el fin de impulsar las ciencias modernas y su aplicación tecnológica, los monarcas ilustrados promovieron y patrocinaron la formación de instituciones que fomentaran estos progresos modernos y difundieran las artes. De esta manera, en la Ciudad de México, Carlos III fundaría el Colegio de Minería, el Jardín Botánico, la Academia de Cirugía y la Academia de Artes de San Carlos.
En la última sala se reúnen paisajes europeos, específicamente franceses, así como ejemplos de retratos y autorretratos concebidos por algunos de los pintores más sobresalientes de la Academia de San Carlos, con el fin de contraponer la producción artística local con aquella que era considerada modelo a seguir por las academias y artistas de América Latina.

Algunos de los paisajes aquí reunidos son una muestra de los primeros distanciamientos con la educación artística formal que definieron al arte europeo en el último tercio del siglo XIX. El cuestionamiento formulado por el impresionismo en torno a la exigencia de reproducir fielmente la realidad se tradujo en un estudio concienzudo de la naturaleza, los cambios de la luz a lo largo del día y su afectación en el color.

Acerca de Redacción

Léa también

Códice de la Cruz-Badiano

Códice recopilado en 1552, en el Colegio de Santa Cruz de Santiago Tlatelolco por los …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *