Un inolvidable mal sabor de boca

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Entre las cadenas de restaurantes de la Ciudad de México, podemos mencionar a los más famosos como el de los bolillos aguados Sanborns, el de las personas importantes VIPS o el remodelado e insípido Toks. Pero sin saber cómo ha crecido y sin ningún año de crisis o de ganancias bajas, según su propietario, grupo SAKS no se queda atrás en la carrera al premio por el restaurante donde lo que pagas no corresponde a lo que comes.

Con un cheque promedio de $350.00 por persona y hasta $ 1,000.00 con cuatro tiempos, aperitivos, vino y digestivo en SAKS se puede comer un pan bien logrado, después de 30 años de hacerlo es lo menos que puedes esperar. Para los desayunos ofrecen paquetes de fruta, pan y café sin límite con alguno de sus platillos favoritos, inventos de quién sabe qué cocinero como su Cazuela Insurgentes, una especie de sopa o caldo de chile guajillo al estilo de los huevos a la albañil acompañada de nopales picados con un gratín del queso de tu elección Cabra, Gouda o Panela.

En alguna ocasión los conductores del programa de la BBC Top GEAR declararon que en su visita a México comieron lo mismo en todos lados, que la comida mexicana era lo mismo chile, queso, tortilla, nopales y frijoles digeridos y vomitados, yo creo que han deber ido a SAKS.

Las tortillas más crudas que he comido en mi vida, los hojaldres caidos y fuera de cocción, el humus caliente, unos tacos de pescado bruja al pastor hechos pasta junto con un puré de piña que escalda la lengua, un estofado de res sobre cocido que te agarra el paladar de tan seco que está.     Si te gusta desayunar con un rico pan dulce, un omellete y una taza de café estilo estadounidense, entonces tienes que ir a SAKS, podrás disfrutar de un desayuno casero por solo $250.00.

La cadena se jacta de ser un grupo restaurantero de la más alta calidad, sin embargo, su comida deja poco de qué hablar en cuanto a alta cocina, por un consumo de ese costo, prefiero esperar una semana a algún bistró de 20 mesas y sin pretensiones.

La decoración sacada de una especie de pesadilla medieval junto con toques pseudoartísticos, te harán sentir en un cuento de terror. Creo que el decorador o “arquitecto” es el mismo que el de Toks. Así que por la comida y los precios puede que sean competencia o que compartan el mismo mal gusto.

La verdadera cocina está en sus chefs y su propuesta gastronómica, este es un claro ejemplo de que la comida de cadena siempre será de dudosa calidad y puede variar de uno de sus concesionarios a otros. Nunca dejes en manos de alguien más tu gusto por cocinar y si tu gusto no es cocinar sino hacer dinero, entonces SAKS es un buen modelo a seguir.

Acerca de Jorge Palomino

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