La maestra de kínder

Los límites de la pasión artística

Segunda película de Nadav Lapid explora la pureza de la mente infantil y el materialismo y tradicionalismo que inhiben a los jóvenes talentos

Cineteca Nacional, a partir del 29 de enero

 

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Antes de amoldarse a los parámetros sociales que le exigen las instituciones y sus autoridades, la niñez se caracteriza por una abundante imaginación, originalidad y, en ocasiones, una expresión artística sublime. El pánico por evitar la corrupción de una mente pura es el tema que La maestra de kínder (Haganenet, 2014) aborda con una intrigante cinematografía.

 El más reciente largometraje del director israelí Nadav Lapid llega a la cartelera de la Cineteca Nacional a partir del viernes 29 de enero. En esta entrega, Lapid se aleja de los conflictos eminentemente políticos de su ópera prima Ha-shoter (2011) para ofrecer una reflexión sobre el papel del arte en una sociedad que parece ya no estar interesada en él. A través de una mirada a la educación cultural de su país natal, el cineasta expone cuestiones de creatividad y la posible corrupción de la pureza artística de la niñez.

La historia parte del descubrimiento que Nira, una maestra de kínder, hace en uno de sus pequeños alumnos: Yoav, de cinco años, puede componer y dictar en el momento elegantes poemas dedicados a su niñera. Fascinada por la capacidad del niño y movida por su propio interés literario, Nira se obsesiona por preservar a toda costa semejante sensibilidad y talento, creando inadvertidamente una relación cada vez más insana y autodestructiva con su pupilo.

La maestra de kínder expone los dos lados de la apreciación cultural en Tel Aviv; por un lado, la educación rígida, pragmática y tradicionalista de los colegios convencionales, y por otro, la superficialidad de los supuestos aficionados a la expresión artística. De esta manera, aunque el director cuestiona a una sociedad incompatible con el arte, también critica la pedantería que rodea a algunos colectivos culturales.

unnamed(1)Los elementos técnicos de la película hacen referencia a las teorías y prácticas de Bertolt Brecht y Jean-Luc Godard, en donde se ignora la cuarta pared y se alude directamente a la realización de la misma película. A pesar de ello, la cámara de Shai Goldman se mantiene siempre cercana a sus personajes, capturando la atención del espectador con una proximidad íntima y exageradamente cercana.

O. Scott, crítico de cine del diario The New York Times, describió al filme como “una acusación furiosa del materialismo y la complacencia de la vida del siglo XXI, en Israel e implícitamente más allá. Yoav, inocente y apenas consciente del significado de sus poemas, es la voz misteriosa de una tradición de desheredados”; y asegura que su lección es que hoy en día “el buscar la belleza y su significado, significa probablemente terminar en la locura, la confusión y la violencia”.

 La maestra de kínder ha ganado el Premio a Mejor Película en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, el Premio del Foro de Críticos de Cine de Israel y el Premio a Mejor Director en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente.

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