Georgina

Captura de pantalla 2016-02-13 a las 19.23.37
Bill Brandt Nude, London, 1952 Michael Hoppen Gallery Preview de ZsONA MACO

14 de marzo de 1969. Toda la euforia que he vivido durante los últimos tres días se terminó de golpe, de una forma espantosa, horrorosa, no sé bien cómo calificarla. La impresión, lo que sentí al verme en el espejo fue, cómo decirlo, cómo escribirlo, mis palabras, o mejor dicho, las palabras que puedo escribir no alcanzan para describir de forma adecuada lo que he sentido al verme en ese maldito espejo. A pesar de saber que estoy de vuelta, ha sido muy triste ver, en lo que me convertí a lo largo de estos quince años, bueno, eso es lo que me dicen: estuve en calidad de casi un vegetal a lo largo de quince años.

No me cansó de repetirme, una y otra vez que, he perdido los mejores años de mi vida. Son muchos años de vivir catatónica o con catalepsia o como putas se llame mi estado, mi condición, el resultado de mi enfermedad. Estoy harta de escuchar tantas estúpidas palabras de las cuales no entiendo su significado: distonia, hipertonía, trismo, orexia, amorfía. En realidad estoy harta de todo. Bueno… no. Es… ha sido duro ver mi cara, mi pelo, aunque, creo representar menos años de los que en realidad tengo. Sin embargo, prefiero mantenerme así, no quiero estar inmóvil de nuevo, ya no, nunca más. Me siento agradecida, ¿a quién le agradezco? ¿A Dios? ¿El mismo Dios que me dio esta enfermedad? ¿Al doctor? ¿A la ciencia? Quizá a todos. Es un hecho, estoy agradecida de que la L-dopa haya tenido efectos positivos en mí. Es milagrosa.

Ahora que estoy “despierta” he podido ver los variados efectos producidos por la medicina en mis compañeros de pabellón. Algunos no tuvieron cambio alguno. Algunos mejoraron de forma total, son casi personas normales. En mi caso, la felicidad es demasiada. Me da un poco de pena saber que el doctor va a leer esto, pero ¿fue usted quien me pidió que escribiera cómo me siento no?

15 de marzo de 1969. El doctor me recordó algo muy importante y que había olvidado: contraje la enfermedad del sueño, y dejo secuelas en mí. Dañó mi cerebro. No me queda del todo claro si me falta un químico o es una cuestión de tipo eléctrico en mi cabeza. Tuve mala suerte. Aunque si lo veo desde otro punto de vista, sobreviví y una medicina maravillosa me está curando. Clara, la enfermera que siempre ha estado más cerca de mí, me peinó y con un poco de maquillaje me veo menos fea.

16 de marzo de 1969. Hoy ha sido uno de los días más emocionantes de mi vida. Hablé en el teléfono con mi mamá y mi hermana. Hace años dejaron de venir a verme pero no las culpo ni siquiera un poco: debe ser horrible ver a un ser amado reducido a un objeto, a un bulto botado en un pasillo sobre una silla de ruedas. Decidí olvidarlo, no es que las perdone porque en realidad no me hicieron nada. En este momento, mi mano derecha se mueve un poco, como si quisiera echar sal en una olla. Se mueve sola. Creo.

17 de marzo de 1969. Nos han dicho, bueno, no los doctores, las enfermeras. Nos dijeron que dieron de alta a Connie. Me dio envidia, lo de Connie cuando me lo contó Estela, o Clara. Una de ellas, dos, fue quien, me lo contó, lo de Connie, lo de Connie. Me dio envidia. La envidia está mal. La vimos por la ventana cuando se iba. Se iba, con su familia. Fueron en un coche gris por ella. Pero mi familia ya va a venir también.

18 de marzo de 1969. Estoy enojada con usted doctor. Se lo digo de frente. Algo pasa con la L-Dopa. ¿Me están dando menos? ¿Cómo es posible que hoy me sienta mejor y ayer me desperté gritando? Estaba soñando horrible. Algo pasa porque mi mano derecha se mueve sola y siento la espalda dura. Por suerte soy zurda, aunque casi todos lo vean como defecto. Lo de ser zurda.

19 de marzo de 1969. Mal día. Me molesta que me digan ¡Ánimo Gina! ¡Georgina eres la próxima en salir! Habladoras. Víboras. Mentirosas.

20 de marzo de 1969. Yo pienso en… pien  so. Coni se fue su csa. Yo, yo también a mi casa, mi mama. Con las pesa di lla. Fea doctor. Clara.

21 de marzo de 1969. ¿Así escribí ayer en la noche? No puede ser. Estoy desesperada. El doctor me dijo: hoy ha sido aumentada la dosis a  5 miligramos. Es demasiado, me dijo. Por favor, Dios mío, ayúdame a que funcione bien la dosis. Quiero vivir, quiero ver a mi mamá. ¿Alguna de las personas que trabajan en este hospital sabrá que cuando estaba inmóvil entendía todo lo que decían de mí?

22 de marzo de 1969. L    dop los             mam  mama    m.

23 de marzo de 1969.

Ciudad de México, enero de 2016.

Acerca de Daniel Antonio

Léa también

INSTANTE

  U  n instante de placer ante los últimos estertores del atardecer que se desangra …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *