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La Guerra fría fue un hecho que sin duda marco la vida de los habitantes de este mundo. Sin embargo, los países directamente involucrados en esta situación posguerra tuvo fuertes consecuencias, sobre todo en cuanto a ideología se refiere.
Después de la Primera Guerra Mundial, el socialismo impregnó los círculos de intelectuales como la Escuela Documental de Nueva York, por ejemplo, el ruso Sergei Eisenstein, sirvió a muchos documentalistas, de esta escuela, como modelo a seguir. En esa época el principal problema era atacar era el fascismo y no el socialismo, por lo que la ideología creció entre los intelectuales y la población estadounidense sin ningún problema aparente.
El problema llegó cuando termino la Segunda Guerra Mundial y se formaron los dos bloques antagónicos. Hollywood contaba con cierto número de actores, directores y escritores que compartían una ideología comunista, entre ellos el guionista Dalton Trumbo.
Para conocer más sobre esta época oscura conocida por muchos como “la cacería de brujas” emprendida por el senador republicano Joseph McCarthy (recomiendo ver Good Night, and Good Luck (2005) de George Clooney), en contra de todo aquel simpatizante comunista, pues eran considerados un riesgo para Estados Unidos.
Así cualquiera que mostrará una ideología contraria a la de la Constitución de Estados Unidos, era investigado por el Comité de Actividades Antiestadounidenses. Esto afecto a los actores, directores y guionistas de Hollywood, por lo que la caza de brujas inició con el apoyo de los principales estudios.
Los diez de Hollywood (como se conocen) se negaron a declarar por lo que fueron encarcelados y despedidos indefinidamente hasta que declarasen y demostrasen no ser comunistas, además se les vetó y se les obstaculizó su actividad cinematográfica. Este hecho es muy bien representado desde el punto de vista de Dalton Trumbo, un guionista prolífico y ganador del premio Óscar dos veces. Debido a estos hechos, cambió su identidad para poder seguir trabajando en Hollywood.
Es una película bien lograda y entretenida que no se pueden perder los amantes del cine, pues es un hecho histórico que muestra que no basta con ser talentoso, sino que hay otros intereses, no solo económicos, en la mayor maquinaria de propaganda de los Estados Unidos.
